El reconocido escritor y figura política Mario Vargas Llosa ha fallecido en Perú, dejando atrás un legado literario y cultural de gran envergadura. Con nacionalidades española y dominicana, su historia personal estuvo marcada por una diversidad de influencias geográficas y culturales. Sin embargo, fue en Cochabamba, Bolivia, donde vivió una de las experiencias que más resonaron en su vida: el momento en que el hermano Justiniano le enseñó a leer, un acontecimiento que él describía como la experiencia más extraordinaria de su vida. Aunque residía en Madrid y era miembro de la academia francesa, Vargas Llosa eligió regresar a su tierra natal, Perú, donde tantas veces alzó su voz como candidato presidencial en su etapa adulta.
A lo largo de su carrera, Vargas Llosa no solo conquistó una multitud de premios literarios, sino que también cumplió su sueño de dedicarse en cuerpo y alma a la escritura. Su trayectoria refleja una evolución desde el comunismo juvenil hacia un liberalismo consolidado, demostrando su férrea convicción de hacer sentir la magia de la literatura a lectores de todo el mundo. La dedicación de Vargas Llosa a sus vocaciones literaria y política dejó una marca indeleble, asegurando que su influencia perdure mucho más allá de su desaparición física. Con sus obras, logró no solo narrar historias, sino también conectar culturas y pensamientos, consolidándose como un icono indispensable de la literatura contemporánea.
Leer noticia completa en 20minutos.