En Viveiro, Lugo, un nuevo caso de violencia de género ha consternado a la comunidad tras el asesinato de una mujer a manos de su pareja, elevando a 46 el número de víctimas por esta causa en España durante el año. Este trágico suceso ocurre apenas un día después de otro crimen similar en Cartagena, subrayando la pertinencia y urgencia de abordar la violencia machista como un problema social y de Estado. La respuesta ante esta problemática requiere la implementación efectiva de todas las herramientas disponibles y la cooperación conjunta de las instituciones y la sociedad. Con el fin de año acercándose, se espera realizar un balance de víctimas en comparación con las 58 registradas en 2023, pero las estadísticas por sí solas no representan un avance real; el objetivo final es que tales actos violentos cesen por completo.
La necesidad de adoptar medidas contundentes y transformadoras es apremiante. Se requiere de políticas integrales que no solo apunten a reducir los casos, sino también a erradicar cualquier forma de violencia hacia las mujeres. Instituciones, gobiernos y ciudadanía deben trabajar en conjunto para fomentar la educación, la concienciación y la prevención, elementos clave para cambiar la narrativa y detener este ciclo de violencia. La importancia de combatir este flagelo trasciende los números y gráficos, es un llamado a establecer una sociedad donde ninguna mujer tema por su seguridad o su vida debido a su género. Solo entonces se podrá hablar de un verdadero progreso y un futuro sin violencia de género.
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