Lewis Hamilton ha reconocido públicamente su frustración y bajo rendimiento en la temporada actual de Fórmula 1, donde debuta como piloto de Ferrari. A pesar de las altas expectativas que rodeaban su llegada al equipo, el heptacampeón del mundo se ha enfrentado a una serie de decepciones, evidenciadas en su reciente actuación en el Gran Premio, donde no logró avanzar a la Q3, quedando en un decepcionante decimosegundo lugar. Su compañero de equipo, Charles Leclerc, destacó al conseguir la pole position, lo que intensifica la crítica hacia Hamilton y sus dificultades en pista.
En declaraciones a los medios, el piloto británico no dudó en calificar su desempeño como «inútil», dejando claro que no considera al equipo como culpable de sus problemas. La situación ha afectado su confianza, reflejada en la desanimada manera en que respondió a los interrogantes de los reporteros. Con un tono sombrío, llegó a sugerir que «quizás Ferrari debería cambiar de piloto», evidenciando un momento de autocrítica profunda que podría tener repercusiones en su carrera y en la dinámica del equipo.
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