Una madre comparte la lucha de su hijo Noé contra la enfermedad de Coats, una patología ocular rara que puede llevar a la pérdida total de la visión en un ojo. El diagnóstico es complicado, ya que los síntomas, como un reflejo blanco en la pupila, solo se detectan con el uso de flash en las fotos. Ni Vanesa Fernández ni su familia sabían del riesgo, y fue sólo tras investigar este fenómeno en las imágenes que decidieron consultar a un pediatra. El diagnóstico oportuno permitió que Noé se sometiera a una operación que retuvo su ojo, aunque la ceguera total ya era irreversible.
A pesar de las limitaciones, Noé intenta llevar una vida normal, adaptándose en el colegio y comunicando su curiosidad sobre la visión con ambos ojos. Sin embargo, enfrenta desafíos en actividades cotidianas y deportivas, además de la injusticia del escaso reconocimiento de su discapacidad. Las familias afectadas piden mayor visibilidad y detección temprana de la enfermedad, resaltando que una simple foto con flash podría ser clave para salvar visiones en muchos niños, evitando así un diagnóstico tardío.
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