El sur del Líbano vive actualmente momentos de tensión, tras varios bombardeos del ejército israelí que han causado destrucción en áreas cercanas a lugares de alto valor histórico. Entre las ubicaciones afectadas destaca la localidad de Saksakie, donde los ataques han dejado edificios en ruinas y han reavivado el temor por la seguridad del rico patrimonio arqueológico de la región. Tiro, una ciudad reconocida por sus vestigios históricos y declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, se encuentra en el epicentro de estas preocupaciones. Este enclave era famoso en tiempos romanos por su hipódromo, uno de los mejor conservados del mundo, que transporta a los visitantes a un tiempo donde las carreras de cuadrigas capturaban la imaginación del pueblo.
El reciente recrudecimiento del conflicto entre Israel y Hezbolá ha hecho recordar viejas heridas y devastaciones, como las sufridas en Alepo, Siria, cuya majestuosidad histórica quedó reducida a escombros. Aunque las vidas humanas son siempre lo más importante, expertos y líderes comunitarios subrayan la necesidad de proteger los vestigios históricos que forman parte del legado de la humanidad, argumentando que su pérdida sería irreparable. La comunidad internacional está llamada a tomar conciencia y actuar para evitar que, en aras de conflictos actuales, se borre la memoria de un pasado glorioso que todavía se puede sentir en lugares icónicos como el circo romano de Tiro.
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