El verano pasado, la enfermedad tuvo un impacto significativo, pero este año en Extremadura los contagios se han reducido considerablemente, con 11 casos humanos y un fallecimiento registrado. Las autoridades sanitarias atribuyen esta disminución a una combinación de factores cruciales. La implementación de medidas preventivas, como campañas de concienciación y control de puntos críticos, ha jugado un papel fundamental en la reducción de la transmisión. Además, se ha observado un incremento en la inmunidad entre las aves, lo que ha ayudado a minimizar el riesgo de brotes a gran escala.
La vigilancia constante ha sido igualmente vital para contener la enfermedad. La detección temprana y monitoreo continuo han facilitado intervenciones efectivas y rápidas, limitando así la propagación. Esta estrategia, combinada con la mejora en la inmunidad aviar, ha servido para proteger a la población humana y mantener controlada la situación. El éxito de estas acciones destaca la importancia de la preparación y respuesta coordinada ante amenazas de salud pública, posicionándose como un modelo eficaz para manejar brotes futuros.
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