En el dinámico universo de la reforma y el diseño de interiores, seguir las tendencias puede convertirse en una peligrosa trampa. Un reformador de casas, con amplia experiencia en múltiples proyectos, ha notado que muchos clientes, seducidos por modas pasajeras, desmantelan elementos en buen estado que cumplen perfectamente su función estética y práctica.
Durante una entrevista reciente, este experto compartió sus vivencias y los errores más repetidos que ha observado. «Colores y estilos específicos, a menudo popularizados por influencers o programas de televisión, llevan a decisiones impulsivas. En lugar de valorar lo existente, muchos optan por cambios totales sin considerar si realmente mejoran el espacio», explicó.
Este fenómeno se da tanto en viviendas antiguas como en las más modernas. Lugares que podrían beneficiarse de una simple actualización o un cambio de mobiliario a menudo se someten a transformaciones radicales, además de costosas e innecesarias. «No todo lo nuevo es mejor. A veces, conservar lo bueno y adaptarlo basta», añadió.
Para mitigar esta tendencia, el experto sugiere a los clientes realizar un análisis exhaustivo del hogar antes de iniciar cualquier reforma. «Pregúntense qué quieren lograr y qué elementos ya cumplen esas funciones. A menudo, un pequeño ajuste es suficiente», aconsejó.
Mientras la industria de la reforma evoluciona, se hace un llamado a valorar la sostenibilidad y conservación. La clave está en educar al consumidor para que tome decisiones más responsables sobre sus hogares, recordando la importancia de preservar lo existente.