El regulador de la red está intensificando sus acciones para prevenir problemas emergentes que podrían derivarse de las nuevas infraestructuras tecnológicas, problemas que ya están generando preocupación en Estados Unidos. Este organismo busca establecer un marco regulatorio que permita un equilibrio entre la innovación tecnológica y la protección de los usuarios, evitando así los desafíos que han comenzado a manifestarse en otros lugares. La atención está centrada en las posibles implicaciones económicas, de privacidad y seguridad que estas infraestructuras pueden conllevar.
Este esfuerzo preventivo responde a los crecientes informes de fallos y vulnerabilidades en las redes, que están generando un impacto significativo en el mundo empresarial y en los consumidores. En Estados Unidos, las preocupaciones sobre la resiliencia de estas infraestructuras han llevado a una revisión exhaustiva de las políticas actuales, un ejemplo que el regulador de la red pretende seguir para mitigar riesgos antes de que se vuelvan críticos en otros mercados. La colaboración entre entidades gubernamentales y el sector privado es vista como esencial para el éxito de estas iniciativas.
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