Las medidas arancelarias implementadas por Donald Trump, diseñadas para reducir el déficit comercial de Estados Unidos, están teniendo el efecto contrario. Durante los primeros tres meses del año, el déficit comercial alcanzó niveles sin precedentes, incrementándose un 75% en marzo en comparación con el mismo mes del año anterior, impulsado principalmente por un aumento significativo en las importaciones. Según datos provisionales de la oficina del Censo de Estados Unidos, las importaciones sumaron 342.746 millones de dólares en el primer trimestre, un incremento del 31% respecto al mismo periodo del año anterior, mientras que las exportaciones crecieron un 6,8%. Este desbalance resulta en un déficit histórico de 161.985 millones de dólares, un obstáculo considerable para el producto interior bruto del país.
El espectacular aumento en las importaciones, especialmente en bienes de consumo y suministros industriales, se puede atribuir al temor de empresas y consumidores ante la política de Trump de incrementar los aranceles a niveles sin precedentes en un siglo a partir del 2 de abril. A pesar de que el presidente ha realizado ajustes a su política, disminuyendo aranceles para muchos países y buscando aliviar tensiones con China, el impacto inicial ha sido un déficit considerable autoinfligido. Sin embargo, las previsiones apuntan a que este desajuste podría corregirse o compensarse en los próximos meses a medida que las dinámicas comerciales se estabilicen.
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