La decisión del Gobierno de impedir que el Ejército y la Patrulla Águila participen en el tradicional desfile ha generado controversia en la celebración del Día de la Comunidad. Este gesto ha sido interpretado por muchos como un intento de restar protagonismo a las Fuerzas Armadas en un evento tan significativo. Las reacciones no se hicieron esperar, con críticas provenientes de diversos sectores que consideran esta medida como una falta de reconocimiento al papel del Ejército en la sociedad. Mientras tanto, la comunidad organizadora expresó su descontento, asegurando que este tipo de restricciones empañan la festividad y el sentido de unidad que se busca promover en esta fecha conmemorativa.
Por otro lado, el gobierno de la Comunidad ha dado un paso firme al rechazar la presencia de los ministros en el evento, acentuando las diferencias políticas que marcan el actual panorama. Esta negativa ha sido vista como una respuesta a lo que consideran intervenciones injustificadas por parte del Gobierno central. La jornada, que debería haber estado centrada en la celebración y el reconocimiento de los valores comunitarios, se ha visto marcada por tensiones y desacuerdos entre administraciones. Esto ha dejado un ambiente de incertidumbre respecto a la coordinación y cooperación futura entre el Gobierno y la Comunidad en eventos similares.
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