En un acto cargado de emoción y simbolismo, el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, ha realizado una entrega especial que resuena con la historia y la justicia: una declaración de Reconocimiento y Reparación a la familia de Salvador Puig Antich, víctima del franquismo. La ceremonia tuvo lugar en un ambiente solemne, donde el ministro destacó la importancia de estos gestos en el contexto de la democracia actual.
Durante su intervención, Torres subrayó que uno de los deberes esenciales de una democracia es reconocer y enmendar las injusticias del pasado. «Nuestra democracia tiene entre sus funciones y obligaciones reparar a quienes fueron víctimas de la dictadura», afirmó con determinación, apuntando a la necesidad de que la sociedad española enfrente sus heridas históricas para poder avanzar hacia un futuro más equitativo.
Puig Antich, ejecutado en 1974, se ha convertido en un símbolo de la resistencia contra el régimen franquista. Su caso, que en su momento provocó un amplio repudio internacional, sigue siendo un ejemplo doloroso de las muchas injusticias vividas durante aquellos años oscuros de la historia de España. Con esta declaración, el gobierno busca no solo rectificar los errores del pasado, sino también honrar la memoria de aquellos que lucharon por la libertad.
El acto de entrega de la declaración se produjo en un contexto más amplio de esfuerzos continuos para reconocer a las víctimas del franquismo y sus familias, quienes durante años han buscado justicia y reconocimiento. Estas iniciativas forman parte de un compromiso continuado por parte del gobierno para afrontar el pasado de manera transparente y justa, fomentando un diálogo que permita sanar las divisiones heredadas de aquella época.
La familia de Puig Antich expresó su agradecimiento por este reconocimiento, aunque también hicieron hincapié en que continúan esperando medidas concretas que aseguren que la memoria de las víctimas se mantenga viva en la conciencia colectiva del país. Esta declaración es, para muchos, un paso más hacia una reconciliación histórica necesaria, que abra el camino hacia una sociedad donde el respeto por los derechos humanos prevalezca sobre el olvido.
Este acto de reconocimiento se inscribe en una serie de políticas de memoria democrática que buscan reparar años de silencio e impunidad, permitiendo que historias como la de Salvador Puig Antich no sean olvidadas. La entrega de la declaración, más que un mero trámite administrativo, representa un gesto de dignidad y respeto hacia quienes sufrieron las consecuencias de un régimen opresor, reafirmando el compromiso de la España moderna con los valores de justicia y verdad.
Fuente: Ministerio Políticas Territoriales y Memoria Democrática.