El aceite de oliva madrileño se consolida como un referente del sector oleícola gracias a su sabor único e intensidad aromática, características resultantes de la combinación de las variedades de aceitunas como la cornicabra, castellana y manzanilla cacereña, con la sutil contribución de otras variedades como la carrasqueña, gordal, asperilla o redondilla. Esta diversidad le confiere una singularidad que contrasta con otras regiones donde predominan uno o dos tipos de aceituna.
El consejero de la Comunidad de Madrid, Eduardo Novillo, ha subrayado el notable esfuerzo de los productores locales, quienes en la última campaña comercializaron 18.600 botellas bajo diez marcas distintas. Para este año, las previsiones son aún más optimistas con la incorporación de trece almazaras y un aumento del 15% en la recolección. Este crecimiento ya se refleja en la oferta del mercado, donde cada vez es más visible la calidad y diversidad del aceite madrileño.
Actualmente, más de 20.000 hectáreas de olivos certificados se extienden por casi un centenar de municipios madrileños, principalmente en las comarcas de La Campiña, Las Vegas y Suroccidental. Esta amplia extensión demuestra el compromiso de la región con la producción de aceite de calidad, consolidando así su posición en el mapa oleícola nacional.
En el ámbito internacional, el World Olive Oil Exhibition (WOOE) ha abierto sus puertas en IFEMA, Madrid, para reunir a actores clave del sector. Durante dos días, cerca de 5.000 profesionales, entre productores, compradores, distribuidores, cocineros y representantes de la hostelería, se darán cita en la 12ª edición del evento. El Gobierno regional participa, por segundo año consecutivo, con un estand propio para exponer los productos de la Denominación de Origen Protegida (DOP) de la comunidad.
El programa de la WOOE incluye una variada agenda de actividades que van desde catas en el «Olive Oil Bar», donde habrá presencia de tres representantes de la DOP autonómica, hasta conferencias, mesas redondas, presentaciones, encuentros de trabajo y concursos de cocina. Este escaparate internacional representa una oportunidad única para los productores madrileños de mostrar la excelencia y particularidades de su aceite, posicionándose como un producto de alta calidad que conquista paladares tanto en España como en el extranjero.