La izquierda colombiana enfrenta momentos de tensión y reestructuración. Tras la reciente absolución del expresidente Álvaro Uribe, un revés para los seguidores del Pacto Histórico, se intensifica la contienda interna entre los candidatos Iván Cepeda y Carolina Corcho. La frustración por el fallo se suma a una derrota previa en los consejos de juventud, pero, en respuesta, se han realizado movimientos estratégicos para resolver complicaciones legales que afectan la consulta interna. Los partidos Unión Patriótica y Comunista han decidido no participar en la consulta interpartidista, buscando así que el Polo Democrático sea el único en avalar la precandidatura, permitiendo una consulta interna más efectiva. Este cambio podría facilitar la formación de una coalición amplia para futuras elecciones presidenciales, centrándose en fortalecer la unidad de las fuerzas progresistas.
Simultáneamente, otro sector de la izquierda ha recibido un impulso con el reconocimiento oficial del partido Progresistas por parte del Consejo Nacional Electoral. Este nuevo partido, liderado por María José Pizarro y David Racero, busca unificar las fuerzas progresistas para las elecciones legislativas de marzo. Mientras tanto, el avance de la fusión en el Pacto Histórico sigue trabado, en parte debido a requisitos formales que impiden a Colombia Humana unirse completamente. En el escenario preelectoral, Cepeda y Corcho intensifican sus esfuerzos: Cepeda destacó en el Senado su rechazo a la impunidad en casos históricos, mientras que Corcho enfoca su campaña en movilizar a los militantes de base. La situación política actual refuerza la necesidad de una mayor integración de las fuerzas de izquierda en Colombia para enfrentar los desafíos electorales venideros.
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