Las agrupaciones ciudadanas han intensificado su demanda al Ayuntamiento para que el Plan Director incluya regulaciones más estrictas en cuanto a usos y movilidad dentro del parque, como respuesta a la preocupante degradación del entorno. Los colectivos denuncian que el deterioro actual afecta tanto al medio ambiente como a la calidad de vida de los vecinos, subrayando la necesidad de medidas concretas para mitigar el impacto humano y preservar el espacio natural. Desde el descontrol en el acceso vehicular hasta la proliferación de actividades no reguladas, la situación ha generado un clamor generalizado por una planificación más rigurosa y efectiva.
Ante esta situación, los representantes vecinales instan a las autoridades municipales a actuar con urgencia y firmeza, implementando estrategias que promuevan un equilibrio entre el disfrute público y la conservación del parque. Proponen, entre otras medidas, la creación de zonas específicas para distintas actividades, la mejora en la infraestructura de movilidad sostenible y el incremento de la vigilancia para asegurar el cumplimiento de las normativas. Con la esperanza de proteger este valioso pulmón verde, las agrupaciones continúan ejerciendo presión para garantizar que el Plan Director sea una herramienta capaz de revertir la tendencia de deterioro actual.
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