El Comité Técnico de Árbitros (CTA) se encuentra en el centro del debate tras la polémica suscitada en el encuentro disputado el pasado sábado en Cornellà, donde dos jugadas puntuales han captado la atención de la opinión pública y diversos expertos deportivos. La primera de ellas es el gol anulado a Vinicius Jr., cuya decisión arbitral ha generado interrogantes sobre los criterios utilizados por el VAR para invalidar la jugada. Esta controversia ha motivado el llamado de periodistas y aficionados para que el CTA divulgue los audios del VAR que respaldaron esta decisión, a fin de brindar mayor transparencia al proceso y aclarar si existieron inconsistencias en la interpretación de las reglas del juego.
A la par, otra acción discutida fue la entrada sobre Kylian Mbappé, la cual, aunque revisada por el VAR, no derivó en ninguna sanción significativa, provocando el descontento de cierto sector del público y del cuerpo técnico del equipo afectado. Este incidente ha reavivado el debate sobre la imparcialidad y el correcto uso de la tecnología en el arbitraje, resaltando las demandas de claridad en las comunicaciones y decisiones que se toman en situaciones de alta controversia. Ante este panorama, el CTA enfrenta la presión de demostrar que las tecnologías aplicadas al fútbol actúan en pro de la justicia deportiva, más allá de las polémicas que puedan surgir en jugadas tan significativas como estas.
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