El Ayuntamiento de Madrid ha decidido reabrir los túneles de la avenida de Portugal y la M-30 en dirección al centro, dos días antes de lo previsto, tras seis semanas de intensas obras. Estos trabajos están enmarcados dentro del ambicioso proyecto de soterramiento de la A-5, que busca transformar el área en un moderno Paseo Verde del Suroeste, un espacio que promete revitalizar la movilidad urbana de la capital.
Desde el 18 de julio, el cierre de estos pasos subterráneos permitió la ejecución de parte de los pilotes y la solera del nuevo túnel en las zonas de conexión con la infraestructura existente. Además, se han completado las canalizaciones necesarias para que el nuevo túnel esté listo para su apertura definitiva, programada para el otoño de 2026.
De cara a facilitar la circulación, se ha instalado una rampa provisional que restituye el acceso al túnel con su anterior configuración. Además, el Ayuntamiento ha adelantado la apertura del nuevo baipás construido desde principios de agosto en el enlace del Parque de Atracciones. Este adelanto busca agilizar el tráfico y preparar el terreno para la inminente demolición del paso inferior entre el paseo de Extremadura y la glorieta de la calle Dante.
El proyecto del Paseo Verde del Suroeste no solo tiene como objetivo mejorar la circulación vehicular, sino que también plantea un cambio significativo en la conectividad peatonal. La transformación del paseo de Extremadura en un bulevar verde unirá los barrios de Lucero, Aluche, Las Águilas, Campamento y Casa de Campo. Esto ofrecerá a los residentes un espacio más accesible, apartándolos del intenso tráfico que caracteriza la zona desde 1968.
En términos de sostenibilidad, se espera que el tráfico en superficie disminuya en un 90%, lo cual también reducirá significativamente las emisiones contaminantes. Esta transformación permitirá mejorar tanto la seguridad vial como la movilidad urbana, resolviendo puntos tradicionales de congestión en la capital.
El proyecto también prioriza la movilidad ‘blanda’ y el uso de transpone alternativos. Se implementará un carril bici bidireccional de 3,5 kilómetros que conectará con Madrid Río, potenciando el uso de la bicicleta para acceder al centro. Las aceras se ampliarán y habrá un incremento notable en las conexiones peatonales, que pasarán de 16 a 33, asegurando que los desplazamientos a pie sean más accesibles y seguros.
Este ambicioso plan no solo busca mejorar la infraestructura urbana, sino también dotar a Madrid de áreas más habitables, verdes y sostenibles, ajustando la ciudad a los retos medioambientales del futuro.