La CV-33, última de las 18 carreteras autonómicas afectadas por las riadas, ha sido finalmente reabierta, restaurando sus cuatro carriles de circulación habituales. Con una inversión de 12,5 millones de euros, esta vía crucial, que maneja un tráfico anual de 17,5 millones de vehículos, ha sido reconstruida con un enfoque en resiliencia ante futuras emergencias climáticas. «La reconstrucción va más allá de simple reparación», destaca un comunicado de la Generalitat, en referencia a la implementación de técnicas avanzadas para mejorar la resistencia de la infraestructura.
El presidente autonómico, Carlos Mazón, ha subrayado que la rápida recuperación de estas infraestructuras se debe al apoyo del Consell, que ha destinado un total de 125 millones de euros a la rehabilitación de carreteras y caminos locales dañados por las inundaciones. Mazón también señaló que el esfuerzo conjunto ha permitido restablecer la operatividad total de la CV-33 y otras 47,3 km de carreteras afectadas en solo seis semanas. La reconstrucción ha incorporado mejoras significativas, incluidas medidas de protección para los cimientos, garantizando así una mayor durabilidad frente a fenómenos climáticos extremos.
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