En un vasto territorio con una rica herencia cultural que se remonta a más de un millón de años, China ha cultivado una relación profunda y compleja con los animales, especialmente con los perros. Históricamente, estos animales han desempeñado roles variados, desde cazadores y guardianes hasta símbolos rituales en la sociedad china. Documentos de arqueología muestran que los perros fueron domesticados desde el Neolítico, con restos hallados en asentamientos ancestrales que sugieren un vínculo temprano entre humanos y caninos. A través de las épocas, su papel ha evolucionado: desde ser fuente de alimento en tiempos de escasez hasta ocupar un lugar prominente en la vida familiar y ritual.
Hoy, China es el hogar de numerosas razas caninas reconocidas a nivel mundial, como el mastín tibetano, el chow chow y el pequinés, cada una con su propia historia y peculiaridades. La China Kennel Union (CKU) promueve y registra estas razas, mientras la percepción social sobre los perros ha cambiado con las nuevas generaciones urbanas que los ven como compañeros y miembros de la familia. Sin embargo, persisten tradiciones en algunas áreas donde la carne de perro se consume. A pesar de ello, la diversidad de razas locales y su creciente popularidad destacan la importancia de estos animales en la cultura china contemporánea.
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