El futbolista brasileño Raphinha se erigió como figura central del Barcelona al consagrarse campeón de la Supercopa de España en Arabia, bajo el liderazgo del recién llegado técnico Hansi Flick. El conjunto azulgrana no solo celebró su victoria sobre el Real Madrid, con Raphinha anotando dos de los cinco goles, sino que también encontró en él un líder en el vestuario y un pilar para mantener la unidad del equipo en tiempos de crisis. El evento fue cubierto ampliamente por los medios y las redes sociales, destacando la influencia positiva de Raphinha junto a Ronald Araujo, quienes fueron fundamentales para gestionar el descontento en el equipo provocado por el escándalo de las inscripciones y las tensiones dentro del plantel, especialmente respecto a los jugadores Dani Olmo y Pau Víctor.
La relación entre los jugadores y la directiva del Barcelona se tensó aún más con rumores sobre un posible interés de la Juventus por Araujo, quien en medio de las especulaciones volvió al campo para mostrar su valía frente a un desafiante oponente como Mbappé. Mientras tanto, Raphinha, agotado tras ser el alma del equipo durante el partido, fue sustituido antes del final, asegurando no solo la victoria sino el respeto y la admiración de sus compañeros, consolidándose como líder natural y capitán indiscutible a pesar de su corta estancia en el club. Este triunfo, junto a la postura firme de los capitanes durante los momentos de incertidumbre, reafirmó la estabilidad del equipo de cara a futuras competencias.
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