En una noche que fusionó el arte flamenco con la calidez de una velada íntima, el renombrado cantaor ofreció un recital espontáneo en el emblemático restaurante Casa Salvador de Madrid. Tras una exitosa presentación en el Teatro Muñoz Seca, en la que deslumbró al público con su voz y su pasión por el flamenco, el artista optó por prolongar la magia de la noche en un entorno más cercano y personal. Los asistentes, entre los que se encontraban amigos cercanos y algunos afortunados comensales, pudieron disfrutar de un repertorio impregnado de emotividad y duende, en el que el cantaor rindió homenaje a las raíces más puras de este género musical.
La atmósfera se llenó de un halo de complicidad entre el artista y la audiencia, con momentos en que el crujido de las mesas y el tintineo de las copas se fundían con las quejas y lamentos profundos del flamenco. Esta actuación improvisada en Casa Salvador reafirmó la capacidad del cantaor para cautivar y conectar con el público, llevándolos en un viaje sonoro que trascendió el tiempo y el espacio del pequeño salón. Al final de la velada, tanto el artista como los asistentes se despidieron con un sentimiento compartido de gratitud y admiración, cediendo a la noche el protagonismo de un encuentro que dejó una huella imborrable en todos los presentes.
Leer noticia completa en El Mundo.
