Un experto en química ha emitido una contundente advertencia sobre los riesgos que implica mezclar productos de limpieza domésticos con lejía, subrayando la importancia de mantener la seguridad en los hogares mediante un uso informado de estos productos. La lejía, conocida por su capacidad desinfectante, es un componente común en diversas soluciones de limpieza, pero su combinación con otros químicos puede desencadenar reacciones peligrosas para la salud.
El especialista, quien cuenta con una amplia trayectoria en el estudio de reacciones químicas cotidianas, ha alertado sobre la combinación de lejía y amoníaco, la cual genera cloraminas. Estos compuestos volátiles pueden provocar irritación en las vías respiratorias y los ojos, además de consecuencias más graves si se inhalan en cantidades significativas. «Muchas personas desconocen los riesgos y podrían estar padeciendo problemas de salud sin identificar la causa», aseveró el químico.
Otra combinación alarmante es la de lejía con vinagre o ácidos fuertes, frecuentemente presentes en limpiadores para inodoros. Esta mezcla libera gas de cloro, un agente tóxico que en altas dosis se vuelve letal y, en niveles menores, irrita severamente los ojos, la garganta y los pulmones. El especialista remarcó la necesidad de ventilar bien los espacios al usar productos de limpieza y evitar mezclar sustancias sin comprender sus propiedades químicas.
Pese a estas advertencias, no todas las mezclas resultan peligrosas. El químico indicó que algunas combinaciones, manejadas cuidadosamente, no suponen un riesgo sustancial. Por ejemplo, mezclar lejía con detergentes que no contengan amoníaco puede intensificar sus propiedades desinfectantes. Sin embargo, insistió en la importancia de seguir siempre las indicaciones del fabricante y limitarse al uso de productos avalados para aplicaciones específicas, evitando así cualquier tipo de experimentación.
El mensaje principal es inequívoco: comprender plenamente los productos químicos utilizados en la limpieza del hogar es crucial para prevenir accidentes y salvaguardar la salud de los residentes, tanto humanos como animales. «El conocimiento es poder, y en este contexto, informarse adecuadamente puede marcar la diferencia entre la seguridad y el peligro», concluyó el experto, apelando a la educación y la conciencia sobre los riesgos químicos en el entorno doméstico.