El Concláve que se lleva a cabo en la Capilla Sixtina ha iniciado sin un consenso para elegir al nuevo Papa, tras una primera votación en la que los 133 cardenales no alcanzaron el acuerdo necesario. Este evento, bajo las imponentes pinturas de Miguel Ángel, refleja la división entre los cardenales que desean continuar el legado del Papa Francisco y aquellos que abogan por un giro conservador. Ante esta falta de decisión, el proceso se reanudará con cuatro votaciones diarias, repartidas en dos sesiones, hasta lograr un consenso de dos tercios. La indecisión podría prolongar el cónclave durante días, con un mecanismo establecido para descansar y reflexionar si tras tres jornadas no se alcanza una decisión.
En caso extremo, si el número de votaciones llega a 34 sin resolver, se limitarían a elegir entre los dos candidatos más votados, manteniendo siempre la regla de los dos tercios. Este complejo procedimiento finalizará con la elección de un nuevo pontífice, quien deberá aceptar formalmente su elección y elegir un nombre papal. La señal culminante de este evento es la famosa «fumata blanca», que indica al mundo que un nuevo Papa ha sido electo. Posteriormente, el Cardenal Protodiácono anunciará el «Habemus Papam» desde el balcón de la Basílica de San Pedro, donde el nuevo pontífice dará su primera bendición.
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