En una rueda de prensa que desafió el protocolo habitual, el presidente ruso Vladimir Putin fue el primero en tomar la palabra, a pesar de que la norma establece que el anfitrión debe hacerlo primero. Durante aproximadamente ocho minutos, Putin expuso diversos temas de interés bilateral, resaltando la importancia de las relaciones entre Rusia y Estados Unidos y haciendo un llamado a la cooperación mutua en áreas de seguridad y economía. La atención inicial del encuentro quedó marcada por el liderazgo de Putin, quien aprovechó el momento para establecer su agenda ante la audiencia internacional.
Por su parte, el presidente estadounidense Donald Trump adoptó un enfoque más breve, limitando su intervención a menos de cuatro minutos. En su declaración, Trump subrayó el deseo de mejorar las relaciones entre ambas naciones, aunque sin entrar en detalles sobre políticas específicas o compromisos concretos. Su breve alocución, en contraste con la de Putin, generó diversas interpretaciones sobre las dinámicas de poder y comunicación en el contexto de esta comparecencia conjunta, reflejando la complejidad y la cautela que caracterizan el actual estado de los lazos entre Washington y Moscú.
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