El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha llegado a Pionyang para su primera visita a Corea del Norte en 24 años, buscando un acuerdo estratégico con el dictador Kim Jong-Un ante el bloqueo occidental por la invasión de Ucrania. La visita, que sigue a la fallida Cumbre de Paz de Suiza, es parte del esfuerzo del Kremlin para reforzar sus lazos con Corea del Norte y esquivar las presiones económicas de Occidente. Putin y Kim Jong-Un se reunieron previamente en Artiom en septiembre, con el objetivo de sustituir acuerdos anteriores y desarrollar un sistema comercial y de pagos no controlados por Occidente. Estados Unidos ha expresado preocupación por el acercamiento, acusando a Corea del Norte de suministrar armamento a Rusia a cambio de combustibles y asistencia en tecnología de satélites espía.
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