El asesor del presidente ruso para asuntos de política exterior y el director del Servicio de Inteligencia Exterior han sido identificados como figuras clave dentro de un grupo estratégico que influye en la política internacional de Rusia. Este colectivo, que opera con discreción, busca fortalecer la posición geopolítica del país frente a Occidente y afianzar su influencia en regiones estratégicas. Fuentes cercanas al círculo han indicado que las directrices emanadas de este grupo son fundamentales para la toma de decisiones que afectan la seguridad nacional y las relaciones diplomáticas de Rusia.
En los últimos años, las acciones de este grupo han suscitado preocupación en varias capitales europeas y en Washington, donde temen una escalada en la confrontación geopolítica. Las actividades que se les atribuyen incluyen la planificación de operaciones encubiertas y el desarrollo de estrategias para contrarrestar las sanciones internacionales. Mientras tanto, el Kremlin mantiene una postura oficial de negar cualquier actividad que transgreda el derecho internacional, asegurando que sus acciones están destinadas a proteger los intereses soberanos de Rusia en un panorama global cada vez más complejo y desafiante.
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