Un reciente bombardeo ha causado la muerte de 14 personas, incluidos tres niños, tras el impacto sobre varios edificios residenciales. El ataque, descrito por las autoridades locales como uno de los más devastadores en la zona en lo que va del año, ha dejado además a decenas de heridos y ha provocado una urgente respuesta de los servicios de emergencia. Equipos de rescate continúan trabajando en la búsqueda y rescate de personas atrapadas entre los escombros, mientras que hospitales cercanos han incrementado sus capacidades para atender la afluencia de heridos.
Las autoridades han condenado el ataque, calificándolo como una violación del derecho internacional y exigiendo una investigación inmediata para determinar los responsables. En tanto, residentes de la zona han expresado miedo e indignación, al tiempo que solicitan una mayor protección por parte de la comunidad internacional. La situación ha generado una ola de solidaridad, con organizaciones no gubernamentales movilizándose para proporcionar asistencia a las víctimas y sus familias, quienes enfrentan la devastación de haber perdido a seres queridos y sus hogares.
Leer noticia completa en El Mundo.