El presidente ruso, Vladímir Putin, hizo un llamado a la juventud del país durante una reunión del Consejo para el desarrollo de la política estatal demográfica y familiar, instando a los jóvenes a «no aplazar la felicidad» y considerar la paternidad como una prioridad. Putin subrayó la importancia de la maternidad y la paternidad, asegurando que el Estado apoyará a las familias en el proceso de crianza, con el objetivo de que el nacimiento de hijos no afecte negativamente su calidad de vida. A pesar de reconocer los efectos de la urbanización y los cambios en los valores sociales que retrasan las decisiones de tener hijos, apeló a los valores tradicionales y a la conexión emocional que la familia representa.
Para afrontar la crisis demográfica en Rusia, que se ha agravado en los últimos años, el gobierno destinará 37.500 millones de rublos (más de 402 millones de dólares) en medidas para incentivar la natalidad. Estas iniciativas incluyen la creación de guarderías, ayudas económicas para familias de bajos ingresos e hipotecas con condiciones favorables. Putin remarcó que estas acciones materiales son esenciales para revertir la caída de la natalidad, un fenómeno influenciado por la incertidumbre derivada de la guerra y un marcado «agujero demográfico» que afecta al país.
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