El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha reafirmado su compromiso con el desarrollo militar al declarar que Rusia continuará probando el misil hipersónico Oreshnik, tras un reciente ataque ucraniano respaldado por Estados Unidos. Según las declaraciones del mandatario en la televisión estatal, el Oreshnik es un sistema de alta precisión capaz de evadir cualquier escudo antimisiles, lo que lo convierte en una poderosa herramienta en la actual dinámica de poder militar. Putin ha enfatizado la necesidad de comenzar la producción en serie de estos misiles, aprovechando las «reservas suficientes» de los que ya disponen, destacando que el Oreshnik no es un arma de destrucción masiva sino que tiene la capacidad de causar efectos semejantes a las armas estratégicas sin cargar con sus mismas implicaciones.
En un contexto de creciente tensión mundial, Putin también señaló que, además del Oreshnik, Rusia tiene otros sistemas de armas similares destinados a ser evaluados y eventualmente producidos en serie. El líder del Kremlin justificó las pruebas con el argumento de que Estados Unidos ha incrementado la presión militar, especialmente tras su decisión de abandonar unilateralmente en 2019 el tratado que prohibía los misiles de corto y medio alcance. Durante una reunión con altos mandos militares, Putin subrayó que Rusia no solo depende de sus avances tecnológicos actuales, sino que también se beneficia del legado de la era soviética. La reciente prueba del Oreshnik y las firmes declaraciones del presidente ruso han sido respuestas directas a la presencia militar de Estados Unidos y sus planes en Europa y Asia Pacífico, generando preocupaciones sobre el riesgo de un conflicto global más amplio.
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