El presidente ruso, Vladímir Putin, ofreció disculpas por el «trágico incidente» que resultó en el derribo de un vuelo comercial de las líneas aéreas de Azerbaiyán, ocurrido mientras el avión se dirigía a Grozni, la capital de Chechenia. Según el Kremlin, el siniestro se produjo en medio de un contexto de ataques con drones ucranianos contra Grozni, Mozdok y Vladikavkaz, lo que activó los sistemas de defensa aérea rusos. Hasta ahora, la versión oficial rusa alegaba que el avión había colisionado con una bandada de pájaros, pero las evidencias apuntan a que fue alcanzado inesperadamente por un misil antiaéreo ruso. El presidente Putin expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y deseó una pronta recuperación a los heridos en el incidente.
Por su parte, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, afirmó que el avión fue sujeto a interferencias físicas y técnicas en el espacio aéreo ruso, lo que causó una pérdida total de control y su posterior desvío hacia Aktau, en Kazajistán. El aterrizaje de emergencia en Aktau resultó en la muerte de 38 de los 67 ocupantes del vuelo J2-8243. Las primeras evaluaciones de expertos en aviación, basadas en imágenes grabadas por los pasajeros, indicaron que los daños visibles en la aeronave, especialmente en la zona de la cola, correspondían al impacto de metralla de un misil. Este incidente genera nuevas tensiones en una región ya inestable, y el Kremlin sigue bajo escrutinio internacional por las medidas adoptadas en respuesta a los ataques con drones.
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