Donetsk se ha convertido en un campo de batalla crucial en el conflicto entre Ucrania y Rusia, donde cada movimiento en el tablero militar tiene repercusiones significativas. Mientras Rusia busca cercar la ciudad de Pokrovsk y abrir una brecha decisiva, Ucrania mantiene una defensa elaborada en sus «murallas urbanas», que son fundamentales para su seguridad. El presidente ucraniano Volodímir Zelenski trabaja en el ámbito diplomático, intentando consolidar apoyo internacional en un contexto donde la posibilidad de ceder una parte del Donbás parece amenazar la estabilidad del país. Ucrania se enfrenta a la presión de renunciar a esta región, crítica para la defensa nacional, en medio de conversaciones que podrían forzar una negociación peligrosa.
El conflicto ha resultado en combates intensos y pérdidas significativas por parte de Rusia, que busca captar el territorio fortificado de Donetsk. La resistencia ucraniana en ciudades como Kostiantinivka, Druzhkivka y Sloviansk, que actúan como centros logísticos esenciales, se ve fortalecida por la topografía del terreno. Los avances rusos han sido obstaculizados por obstáculos naturales y urbanos, lo que otorga a Ucrania una ventaja táctica. Recientes ataques con misiles rusos en Sloviansk y la captura de localidades aledañas, como Sujetske, indican que la presión se extiende más allá del Donbás, amenazando nuevas rutas hacia el corazón industrial de Ucrania y complicando aún más el panorama estratégico del conflicto.
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