Rusia ha advertido acerca de las repercusiones que podría tener para Occidente el permiso otorgado a Kiev para emplear armas de largo alcance en ataques sobre territorio ruso. La portavoz de la Cancillería rusa, María Zajarova, recordó las declaraciones del presidente Vladimir Putin, quien en septiembre subrayó que autorizar tales acciones cambiaría la naturaleza del conflicto en Ucrania. Según Putin, esto equivaldría a declarar que la OTAN, junto a Estados Unidos y los países europeos, están en un enfrentamiento directo con Rusia. Las aseveraciones del mandatario se producen en el contexto de reportes de la prensa estadounidense que indican que el presidente Joe Biden ya ha concedido dicha autorización a Ucrania.
De acuerdo con las informaciones, Biden habría autorizado el uso de misiles supersónicos guiados ATACMS, capaces de alcanzar distancias de hasta 300 kilómetros, para ataques limitados dentro de Rusia. Ni la Casa Blanca ni el Pentágono han confirmado oficialmente estos reportes, pero de verificarse, tal decisión representaría un respaldo significativo a las fuerzas ucranianas en medio del conflicto. Este escenario toma relevancia, considerando que el gobierno de Estados Unidos verá en enero la asunción de Donald Trump, quien ha manifestado su intención de terminar con la guerra en Ucrania. Así, la potencial escalada de tensiones marca un punto crítico en la dinámica entre Rusia y Occidente.
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