En pleno contexto de negociaciones laborales en España, el líder de Junts ha alzado la voz desde Bruselas, demandando una consideración particular para la comunidad catalana. Esta exigencia surge en medio de discusiones nacionales sobre la posible reducción de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales, una reforma que podría beneficiar a los trabajadores en términos de equilibrio entre vida laboral y personal. El líder independentista subraya la necesidad de un enfoque específico que contemple las particularidades sociales y económicas de Cataluña, buscando garantizar que los cambios legislativos a nivel estatal no pasen por alto las demandas y situaciones únicas de la región.
Desde Bruselas, el representante de Junts enfatiza que cualquier decisión que no aborde las diferencias regionales podría exacerbar tensiones políticas y sociales. Este llamado a la «especificidad» no solo intenta asegurar un tratamiento justo para Cataluña, sino que también refleja una estrategia de presión política en un momento crítico de redefinición laboral. Mientras los líderes nacionales debaten los términos de la reforma horaria, la intervención de Junts pretende influir en las negociaciones y asegurar que la voz catalana tenga un peso significativo en las decisiones que afectarán a los trabajadores en todo el país.
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