El Consell de la República, una entidad creada por Carles Puigdemont para mantener vivo el movimiento independentista catalán, enfrenta una etapa de incertidumbre tras la dimisión de su fundador el pasado 4 de noviembre. Desde entonces, una comisión gestora ha asumido el liderazgo interino y ha anunciado que las elecciones para elegir una nueva dirección se realizarán entre el 8 y el 12 de febrero. La directora de la junta gestora, Teresa Vallverdú, ha pedido la colaboración de los afiliados para fortalecer al Consell, durante un acto en memoria del expresident Francesc Macià en Barcelona. La entidad, con sede en Bruselas y financiada mediante las cuotas de sus miembros, fue concebida por Puigdemont como una ‘Generalitat paralela’, aunque sus esfuerzos por mantener esta estructura han derivado en conflictos internos.
El Consell afronta también una auditoría interna a raíz de un escándalo de supuesto desvío de fondos involucrando al vicepresidente Toni Comín, quien defiende que los más de 15,000 euros en cuestionamiento son gastos legítimos de representación. Esta situación coincide con una anunciada reorganización administrativa debida a su precaria situación financiera, que ya provocó, en octubre, una reducción del 50% en la masa salarial de su personal técnico. Mientras Puigdemont lidera Junts per Catalunya, las elecciones de febrero se presentan como un intento por revitalizar la entidad, que actúa como una asamblea paralela a la cámara legislativa catalana, y esclarecer su futuro tras la salida de varios miembros, incluido el influyente cantautor Lluís Llach.
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