En un reciente giro político, Junts per Catalunya ha decidido eliminar las enmiendas que demandaban listas abiertas para la elección de los miembros de su nueva ejecutiva. Esta medida fue debatida extensamente durante el proceso de renovación interna del partido, en el que algunos sectores abogaban por un sistema más democrático y transparente. Sin embargo, la dirección de Junts optó por mantener el método tradicional de selección en listas cerradas, argumentando que así se garantiza una mayor cohesión interna y se evita la formación de facciones que puedan debilitar al partido. Esta decisión ha generado divisiones dentro de la formación, con algunos miembros expresando su descontento por la falta de apertura y renovación que prometía la nueva cúpula.
El debate sobre las listas abiertas se había convertido en un punto clave dentro de la agenda de modernización de Junts, que busca consolidarse como una fuerza dominante en el escenario político catalán. La eliminación de estas enmiendas pone de manifiesto las tensiones entre el deseo de mantener una estructura controlada por la élite del partido y las demandas de una base que exige mayor participación y transparencia en la toma de decisiones. A pesar de la controversia interna, los líderes de Junts confían en que podrán cohesionar al partido en torno a su visión estratégica y apuntar hacia objetivos comunes, especialmente en la consecución de mayores cotas de autodeterminación para Cataluña. Mientras tanto, la atención se centra en cómo esta decisión afectará el desempeño electoral de Junts y su capacidad para adaptarse a las expectativas de sus votantes.
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