El ministro ha atribuido el parón que afectó a 10.700 viajeros y 30 trenes en la línea Madrid-Sevilla a un «acto grave de sabotaje». Según informó en una rueda de prensa, el incidente ocasionó importantes retrasos y dejó a miles de pasajeros varados, generando caos en una de las rutas ferroviarias más transitadas del país. Las autoridades se encuentran investigando las circunstancias del suceso, trabajando en colaboración con fuerzas de seguridad para determinar los responsables y garantizar que situaciones similares no se repitan en el futuro.
El impacto del incidente fue especialmente significativo debido a que afectó a personas que viajaban por motivos laborales y personales durante un fin de semana festivo, intensificando el descontento entre los usuarios. Aunque se han restablecido los servicios, la empresa ferroviaria ha establecido un plan de compensación para los afectados, prometiendo mejoras en las medidas de seguridad. Mientras tanto, el ministro hizo un llamado a la calma y subrayó la importancia de reforzar la protección de las infraestructuras críticas ante posibles amenazas.
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