El sector de los semiconductores se perfila con un horizonte promisorio para el año 2025, según el informe anual realizado por KPMG en colaboración con la Global Semiconductor Alliance. Con un Índice de Confianza de 59 puntos, reflejando un sentimiento positivo entre los actores del sector, las expectativas de crecimiento en ingresos, investigación y desarrollo (I+D), así como la expansión de la fuerza laboral, son palpables. Este optimismo se ve incentivado por la creciente demanda en áreas clave como la inteligencia artificial (IA), la automoción, los centros de datos y las comunicaciones inalámbricas.
Un componente crucial de esta confianza radica en la expectativa de crecimiento sostenido en los ingresos del sector. Una vasta mayoría de los ejecutivos, el 86%, anticipa que sus ingresos aumentarán en 2025, con casi la mitad de ellos proyectando un incremento superior al 10%. A nivel global, el 36% de los involucrados prevé un crecimiento de más del 10% en los ingresos de la industria, impulsado principalmente por el auge de la IA, que ha tomado el relevo a la automoción como el principal impulsor de ingresos. Los microprocesadores, incluidas las GPUs para IA, se sitúan al frente del crecimiento, acompañados por mejoras en tecnología de memoria y sensores.
La geopolítica, sin embargo, plantea desafíos significativos para esta industria. Las restricciones comerciales y los aranceles figuran entre las principales preocupaciones, especialmente para las grandes corporaciones que manejan ingresos superiores a los mil millones de dólares. En un esfuerzo por mitigar estos riesgos, las empresas están diversificando sus cadenas de suministro mundialmente, priorizando la resiliencia y flexibilidad para navegar en un entorno amistoso al dinamismo tecnológico pero tenso a nivel geopolítico.
El sector enfrenta además la constante competencia por retener y atraer talento, un reto intensificado por el ingreso de empresas no tradicionales al mercado de los semiconductores. Gigantes tecnológicos y fabricantes de automóviles que incursionan en la producción de sus propios chips ponen presión sobre la disponibilidad de talento especializado. La necesidad de desarrollar y retener dicho talento permanece una de las mayores prioridades estratégicas para la mayoría de las empresas.
Otra área bajo el foco de atención es el impacto de nuevas tecnologías y la gestión de inventarios. La situación de exceso de inventarios se está aliviando gradualmente, beneficiándose de la creciente demanda por IA y vehículos eléctricos. Así, las compañías están mejorando sus prácticas de gestión de inventarios para adecuarse al actual contexto económico.
Finalmente, emerge el desafío de la sostenibilidad. Con el crecimiento de los centros de datos para IA, las empresas deben equilibrar esto con un enfoque sostenible, desarrollando productos energéticamente eficientes y adoptando modelos operativos circulares. La IA también se visualiza como un facilitador potencial para optimizar el uso y almacenamiento de energía, ayudando a crear redes eléctricas más sostenibles.
El informe subraya a 2025 como un año clave para el sector de los semiconductores, con promesas de crecimiento y oportunidades, pero con la imperiosa necesidad de sortear retos geopolíticos, competitivos y de sostenibilidad para asegurar un futuro exitoso. La capacidad de adaptación a un entorno dinámico será crucial para capitalizar las oportunidades que este dinámico sector promete ofrecer en los próximos años.