Las elecciones parlamentarias alemanas de 2025, previstas para el 23 de febrero, se anticipan como un giro significativo en el panorama político del país, según diversas encuestas. Olaf Scholz, actual canciller del Partido Socialdemócrata (SPD), perderá frente a Friedrich Merz, líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), quien podría formar un gobierno de coalición con el SPD o el Partido Verde como socio menor. Las encuestas también indican que Alternativa para Alemania (AfD), un partido de extrema derecha, ocupará el segundo lugar, habiendo logrado duplicar su porcentaje de votos en comparación con las últimas elecciones al Bundestag. La contienda por el tercer puesto se disputará entre el SPD y los Verdes, en un contexto de economía estancada y creciente agitación política debido a recientes atentados terroristas y delitos violentos cometidos por inmigrantes.
En este ambiente de incertidumbre, las preocupaciones principales de los votantes se centran en la inmigración, la política de asilo, la delincuencia y la economía. La percepción de pérdida de control del Estado alimenta el deseo de cambio radical, especialmente tras un ataque terrorista en Magdeburgo y un incidente violento en Múnich que dejaron numerosas víctimas. Los partidos pequeños, que están cerca de alcanzar el umbral del 5% necesario para obtener representación parlamentaria, podrían modificar la distribución de escaños. Mientras la CDU apela a un electorado diverso, predominantemente de menores de 60 años, la AfD se consolida como el principal partido en el este del país y extiende su influencia entre los jóvenes y los trabajadores industriales en el oeste.
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