Los empleados en España podrían encontrarse con una sorpresa desagradable al revisar su primera nómina del año 2025, debido a la implementación de cambios en las cotizaciones sociales. A partir de enero, entrará en vigor un aumento del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), una cotización adicional sobre el salario bruto que se distribuye entre la empresa y el trabajador. Esta medida, introducida como parte de la reforma de las pensiones de 2023, persigue fortalecer las finanzas de la Seguridad Social para afrontar las futuras jubilaciones del baby boom entre 2032 y 2050. Desde que se implantó el MEI, la tasa adicional ha incrementado progresivamente: comenzó en 0,6% en 2023, aumentó a 0,7% en 2024 y alcanzará el 0,8% en 2025, distribuyéndose un 0,13% al trabajador y un 0,67% al empleador, lo que resultará en una disminución del salario neto de los empleados.
Este incremento no solo afectará a los trabajadores, sino que también impactará significativamente a aquellos con mayores ingresos, debido al destope de las bases máximas de cotización estipulado por la reforma. La base máxima de cotización se incrementará en 2024 a partir de la inflación más un 1,2% adicional, lo que implicará que las nóminas más altas experimenten una reducción aún más pronunciada. El objetivo trazado por el MEI es alcanzar un 1,2% para el año 2029, asegurando que las nóminas se vean afectadas anualmente hasta ese año. Además, los autónomos, que no pueden distribuir este incremento, deberán asumir íntegramente la subida de esta cuota, ampliando el impacto económico de estas reformas en el mercado laboral.
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