En «Caza de brujas», la nueva propuesta del director italiano Luca Guadagnino, la escena se ambienta en el entorno intelectual de Yale, donde Julia Roberts encarna a Alma Imhoff, una profesora de filosofía que se enfrenta a la crisis de su carrera. La película revela su complejidad a través de referencias cinematográficas y filosóficas que rinden tributo a Woody Allen, comenzando con un homenaje a sus estéticos títulos de crédito. La narrativa se desarrolla en un contexto donde la tensión generacional y la lucha por el poder en las relaciones amorosas se convierten en el centro del conflicto, especialmente tras la acusación de la alumna Maggie contra el compañero de Alma, Hank Gibson.
A medida que la trama avanza, «Caza de brujas» se define como una crítica aguda al movimiento «woke», utilizando la violencia de género como un medio para cuestionar la hipocresía de una juventud privilegiada. La elección de Yale como escenario es deliberada, simbolizando la cuna de las ideas progresistas, mientras la película presenta un mundo donde la culpa no se disipa en valores divinos, sino que pesa exclusivamente sobre los personajes. Esta perspectiva provoca reflexión y controversia, alimentando un debate sobre las dinámicas de poder y la victimización en la sociedad actual, aunque podría alienar a algunos espectadores por su enfoque provocador y, en ocasiones, misógino.
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