Madrid se prepara para enfrentar una serie de manifestaciones coincidiendo con el cierre de La Vuelta, todas centradas en un único motivo: la presencia del equipo Israel-Premier Tech, vinculado al gobierno de Benjamin Netanyahu. El colectivo BDS, que coordina estas protestas, denuncia al equipo por un supuesto intento de «blanqueamiento del Estado genocida de Israel a través del deporte», relacionado con las muertes en la Franja de Gaza. Pese a que las manifestaciones se ubicarán en los márgenes del evento, el despliegue de seguridad se ha intensificado con 1,500 efectivos adicionales para prevenir actos de violencia, según informó el Ayuntamiento de Madrid.
Las protestas se extenderán a varios puntos de la ciudad y áreas cercanas, como Alalpardo, Algete, San Sebastián de los Reyes y Alcobendas. Dentro de Madrid, se destacan concentraciones en lugares emblemáticos como Atocha y Callao, además de ubicaciones específicas como la Ermita de San Antonio en La Florida y el Parque Camila. La tensión se ha palpado desde el sábado, cuando activistas ya interrumpieron el paso de los ciclistas en un acto que terminó con un detenido, mostrando el firme descontento por la situación en Gaza. La Delegación del Gobierno continúa monitoreando el desarrollo de las movilizaciones mientras el presidente Pedro Sánchez destacó la legitimidad de la causa defendida por los manifestantes.
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