En el marco del Día Internacional de la Mujer, Valencia fue escenario de dos manifestaciones que convirtieron sus calles en un mar morado en señal de protesta y reivindicación. La primera, organizada por la Coordinadora Feminista de Valencia con 12,000 participantes, y la segunda por la Assemblea Feminista con 4,000 asistentes, enfocaron su discurso en denunciar la gestión ineficaz de la DANA y la relegación de las mujeres a un segundo plano tras la catástrofe. Las manifestantes, entre música y silbidos, recorrieron el centro de la ciudad portando lemas incisivos como «Dones caminant endavant» y reclamaron la dimisión de autoridades, incluyendo al presidente Mazón. La protesta hizo hincapié en cómo las crisis impactan más a las personas más vulnerables, particularmente a las mujeres, cuya situación empeora en cada emergencia.
El manifiesto leído en la plaza de la Reina destacó el feminismo como una fuerza transformadora que combate la desigualdad y aboga por la interseccionalidad en la lucha contra el machismo. Las participantes exigieron igualdad real en los ámbitos social y laboral, y denunciaron la mercantilización de los cuerpos de las mujeres, pidiendo medidas abolicionistas contra la prostitución y el tráfico de órganos. Asimismo, la manifestación de la Assemblea Feminista resaltó la «gestión criminal» de la DANA y el abandono de las personas más vulnerables, incluyendo a mujeres y personas en situación irregular. Ambas protestas coincidieron en la exigencia de espacios seguros y la necesidad de reconstruir desde una perspectiva transfeminista antirracista, instando a la unidad contra el discurso reaccionario promovido por sectores políticos negacionistas de la violencia machista. Estos eventos también encontraron eco en otras manifestaciones llevadas a cabo en Castellón y Alicante.
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