En Serbia, las manifestaciones a favor y en contra del gobierno han derivado en graves disturbios que han dejado varios heridos, coincidiendo con el aniversario de la histórica Batalla de Kosovo de 1389. Las tensiones en la plaza Eslava y cerca del Parlamento culminaron en enfrentamientos violentos y cargas policiales, resultando en un herido grave. El ministro del Interior, Ivica Dadic, ha condenado los ataques a los agentes de policía durante una concentración no autorizada y ha prometido que se adoptarán medidas estrictas para restaurar el orden, arrestando a los responsables de los actos violentos.
Las protestas, que resurgieron tras un mortal derrumbe en la estación de tren de Novi Sad, exigen la convocatoria de elecciones anticipadas y denuncian la corrupción gubernamental. Previo a los disturbios, el presidente Aleksandar Vucic visitó a estudiantes reunidos en el parque de los Pioneros, destacando su «orgullo» por la movilización juvenil y criticando las barricadas que, según él, han perdido fuerza. Vucic elogió a los jóvenes por su confianza en la justicia y los ideales, asegurando que esta generación prefiere educarse para lograr un cambio positivo en el país.
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