Unas 600 personas se congregaron este domingo en Ripoll, Girona, para manifestarse contra las políticas de la alcaldesa Sílvia Orriols, representante de la Aliança Catalana, considerada de extrema derecha. La protesta, impulsada por grupos antifascistas, se desarrolló pacíficamente bajo la vigilancia de los Mossos d’Esquadra, aunque las cifras de asistencia variaron según la fuente: mientras la policía local indicó 250 participantes, los organizadores hablaron de mil. Los manifestantes expresaron su descontento por las medidas «represoras» que aseguran Orriols ha implementado desde su llegada al poder, en junio del año pasado. La alcaldesa, en respuesta, los calificó como «forasteros» que buscan cuestionar la voluntad popular evidenciada en las elecciones municipales de 2023, donde su partido fue el más votado.
El origen del conflicto se sitúa en el cierre temporal, en mayo, de La Metxa, un casal popular vinculado a la izquierda independentista, que el consistorio consideró un riesgo para la “seguridad y la convivencia”. Aunque el local reabrió en septiembre tras presentar alegaciones, persisten expedientes y multas contra sus miembros, lo que motivó la movilización. La manifestación contó con la participación de vecinos afectados por las políticas de Orriols, especialmente aquellos de origen extranjero que sienten un aumento de las trabas burocráticas y un clima hostil, símbolos del auge de la extrema derecha en la región. En este contexto, el municipio revive tensiones en torno a la comunidad musulmana, relacionada históricamente con los atentados de 2017 en Barcelona y Cambrils. La comunidad islámica local, encabezada por Ali Yassine, se opone firmemente a la narrativa de Orriols, prometiendo defender sus derechos frente a cualquier tipo de discriminación.
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