En un ambiente tenso, se desarrolló un acto convocado por el PSOE y Más Alcalá, en el que se evidenció la creciente tensión entre grupos políticos y representantes sindicales. La reunión, que tenía como objetivo destacar las contribuciones de los trabajadores bajo representación sindical, fue interrumpida por una protesta que criticaba el estatus laboral de estos empleados en situación de liberación. La presencia de manifestantes generó un ambiente de confrontación, demandando mayor transparencia y justificación sobre los beneficios otorgados a dichos trabajadores. A pesar de las interrupciones, el acto se llevó a cabo sin mayores incidentes gracias a la intervención oportuna de la presidencia del pleno y el apoyo de la Policía Municipal, que salvaguardó el orden.
La performance organizada como parte de la protesta fue permitida por las autoridades, lo cual generó un debate sobre la libertad de expresión y el respeto a los procedimientos democráticos en la administración local. Los críticos señalaron que permitir estas manifestaciones dentro de un acto formal podría sentar un precedente que complicaría futuras convocatorias. Por otro lado, defensores de la libre expresión argumentaron que la protesta pacífica es una forma legítima de expresar descontento en una sociedad democrática. El evento puso de relieve la delicada relación entre política y sindicalismo, subrayando la necesidad de un diálogo constructivo que equilibre los derechos de los trabajadores con las expectativas de la ciudadanía.
Leer noticia completa en El Mundo.