Un grupo de unas 30 mujeres interrumpió la conferencia del embajador iraní en España, Reza Zabib, en el Ateneo de Madrid, donde se discutía sobre «Geopolítica en el área geográfica de Irán». Desde el inicio de la intervención del embajador, el grupo de manifestantes, en el que se encontraba la escritora iraní exiliada Nazanin Armanian, se puso de pie para corear cánticos como «asesino» y «ponte tú el velo». Las mujeres llevaban caretas con los rostros de disidentes iraníes recientemente condenados a muerte y criticaron la represión del régimen iraní hacia las mujeres. A pesar de los intentos del embajador de mantener la compostura frente a los gritos, la situación escaló hasta el punto que la policía tuvo que intervenir para vaciar la sala.
El acto comenzó finalmente con un retraso de 45 minutos y bajo la mirada atenta de la seguridad. El embajador agradeció a la policía su intervención y defendió que mantener el orden era esencial para la democracia. Previamente, la jurista Rosa María Arteaga había descrito las presiones recibidas para cancelar la conferencia y defendió que hacerlo habría significado traicionar los principios del Ateneo de Madrid. Afuera, las protestas continuaron bajo la vigilancia policial. Nazanin Armanian declaró que seguirían haciendo la vida imposible al embajador donde quiera que fuera. Alegaron que las acciones del régimen iraní, como bajar la edad nupcial a ocho años, eran ejemplos de pederastia oficial, y criticaron al Ateneo por ofrecer al embajador una plataforma, al considerar que su presencia equivalía a blanquear un régimen opresor.
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