Las víctimas han vuelto a tomar las calles por octava ocasión, expresando su descontento y desconfianza ante la comisión de investigación en las Cortes. Consideran que esta iniciativa no es más que una «pantomima» que no logrará abordar de manera efectiva sus preocupaciones ni ofrecer justicia. Este movimiento es una continuación de su lucha por visibilizar injusticias y exigir responsabilidades, mientras se muestran escépticos respecto a la disposición política de atender sus demandas con seriedad.
En la manifestación, la comunidad afectada subrayó que las acciones gubernamentales previas han sido insuficientes, y temen que la nueva comisión siga el mismo camino. Las víctimas insisten en que necesitan respuestas concretas y medidas efectivas, no solo discursos. La indignación sigue latente, y hay un llamado a que las autoridades tomen acciones que realmente reflejen un compromiso con la verdad y la reparación del daño causado.
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