A un año de la aprobación de la Ley de Bienestar Animal, diversas protectoras y colectivos cuestionan su impacto e implementación. Uno de los movimientos más destacados es la campaña «Nos cagamos en la ley 7/2023», liderada por SOS Galgos. Esta organización ha lanzado una provocadora iniciativa en redes sociales, invitando a los dueños de perros a compartir imágenes con el hashtag #NosCagamosEnLaLey. Denuncian que la ley, a pesar de sus intenciones declaradas, marginó los derechos de los perros de caza como los galgos, quienes frecuentemente sufren un destino trágico tras finalizar la temporada de caza. SOS Galgos subraya que miles de estos animales enfrentan una vida de sufrimiento, ignorados por una legislación que consideran queda corta en protegerlos y promover su bienestar.
En paralelo, las organizaciones de rescate han manifestado su alarma ante el aumento de abandonos y maltratos, con algunos reportes indicando la extracción ilegal de microchips para evitar multas. La ley, diseñada para implementar mecanismos de protección animal, ha resultado en una situación paradójica, donde se registran más casos de abandono y crueldad animal. La falta de recursos materiales y humanos, así como una implicación insuficiente de las autoridades, son señaladas como barreras clave para su efectividad. La realidad es que muchas protectoras están desbordadas, encontrando animales en condiciones extremas, y exigen más medios y compromiso estatal para enfrentar esta problemática creciente.
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