En un giro sorprendente en la política internacional y la nomenclatura geográfica, el diputado comunista ruso Denís Bulánov ha propuesto rebautizar el mar Negro como mar Ruso, siguiendo la reciente promesa del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de cambiar el nombre del golfo de México a golfo de América. Bulánov, representante de la región de Sarátov, argumentó que el mar Negro originalmente se conocía como mar Ruso, como evidencian algunas crónicas históricas. Ante cuestionamientos sobre la posible reacción de otros países con costas en el mar Negro, como Turquía, Bulánov sugirió que el cambio podría aplicarse únicamente para uso doméstico, minimizando así la necesidad de reconocimiento internacional.
Por su parte, Trump reforzó su discurso nacionalista en su toma de posesión, anunciando ambiciosos planes que incluyen renombrar el golfo de México y «retomar» el Canal de Panamá, como parte de una «nueva era dorada» para Estados Unidos. En sus declaraciones, el presidente prometió restaurar a América a una posición de liderazgo mundial, describiéndola como la nación «más grande, más poderosa y más respetada de la Tierra». Estas propuestas han generado controversia a nivel internacional, poniendo de manifiesto las tensiones y rivalidades existentes en la esfera global, mientras ambos países se encaminan hacia medidas que podrían reconfigurar su percepción geopolítica.
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