La reciente muerte de una turista española en Tailandia, tras ser atacada por un elefante durante una actividad turística en la isla de Yao Yai, ha suscitado un llamamiento de la Fundación Franz Weber al gobierno español. La organización ha instado a los Ministerios de Industria y Turismo, además del de Agricultura, a reconsiderar y poner fin a actividades en zoológicos que promuevan el contacto directo con animales, conocidas como «toca toca». Los riesgos asociados a este tipo de interacciones han sido subrayados por la fundación, que recuerda incidentes previos en España que han implicado a visitantes y animales en parques y zoos, resaltando mordeduras de simios y eventos imprudentes en grandes ciudades como Madrid y Tenerife.
Las entidades defensoras de los derechos de los animales, incluido el FAADA, han argumentado que el contacto físico con humanos resulta profundamente estresante para los animales, quienes, debido a diferencias en formas de comunicación, pueden percibir a los humanos como amenazas. Estas organizaciones destacan el estrés psicológico y biológico que soportan los animales sometidos a tales interacciones y critican prácticas que incrementan el contacto con fines de entretenimiento. Los riesgos no solo abarcan el bienestar animal, sino que también incluyen potenciales peligros para los humanos, como la zoonosis, la transmisión de enfermedades entre especies. Con tales argumentos, abogan por una reformulación de las prácticas turísticas y educativas que fomente la conservación auténtica, minimizando el contacto físico mediante la implementación de barreras adecuadas en instalaciones visitables.
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