En el corazón del Centro Integrado Jazmín se despliega un enfoque innovador hacia la accesibilidad cognitiva, donde los espacios se transforman en entornos acogedores y seguros para sus residentes. Este lugar no se siente como una institución, sino como un hogar cuidadosamente diseñado para atender las necesidades específicas de personas mayores, muchas de las cuales padecen Alzheimer o tienen diversas limitaciones en su autonomía personal.
Al adentrarse al centro, la calidez del vestíbulo, iluminado y decorado con plantas, cuadros y un sofá que combina con un jarrón de flores salmón, brinda una primera impresión de acogida. Sin embargo, lo que realmente destaca son los pictogramas diseñados con colores cálidos y un estilo moderno, que facilitan la orientación de los residentes en el edificio mediante un lenguaje visual sencillo e intuitivo.
Este proyecto de accesibilidad cognitiva forma parte de un esfuerzo más amplio del Ayuntamiento de Madrid para mejorar sus centros de día y residencias. Bajo el liderazgo de la Dirección General de Mayores del Área de Políticas Sociales, se han gestionado 65 centros municipales en un proceso continuo de renovación. Hasta la fecha, se han concluido ya 61 proyectos y se encuentra en ejecución el proyecto en otros cuatro, además de haberse implementado en tres centros residenciales y dos edificios de apartamentos para mayores.
Durante una visita al Centro Integrado Jazmín, en compañía de Tina Sánchez, Virginia Valle e Irene Pariente, se recorren las instalaciones donde los tonos claros dominan la paleta cromática. “Los colores suaves ayudan a reducir el miedo y la inseguridad”, comenta Irene Pariente. Estos colores, junto con los pictogramas simplificados, optimizan la orientación y crean un entorno donde la autonomía es promovida al máximo posible.
El enfoque personalizado es clave en este proyecto. Cada centro es único, lo que requiere una evaluación profesional para identificar las necesidades específicas. «Se tiene en cuenta la opinión del personal pues ellos comprenden las reacciones y necesidades de los usuarios», menciona Tina Sánchez, subrayando el valor de la colaboración multidisciplinaria.
En el Centro Integrado Jazmín, la intervención se ha realizado en todas las plantas y dependencias. Las habitaciones, personalizadas con toques individuales como colchas o cuadros, ayudan a los residentes a reconocerlas con facilidad, vital para quienes enfrentan deterioros cognitivos.
El jardín exterior se convierte en un valioso recurso para actividades al aire libre. «Es un espacio que brinda libertad y nos mantiene conectados con la comunidad», señala Irene Pariente, quien destaca las visitas al Vivero de Estufas de El Retiro, donde los residentes participan en el cuidado de plantas, reviviendo memorias de actividades cotidianas.
En última instancia, el objetivo es claro: crear entornos amigables donde los residentes puedan desenvolverse con seguridad y comodidad, haciendo del Centro Integrado Jazmín más que un lugar de residencia, un verdadero hogar. La accesibilidad cognitiva se sitúa como el pilar esencial para lograrlo, y, sin duda, el éxito del proyecto evidencia el compromiso hacia una atención más humana y personalizada.
Fuente: Diario.Madrid.es
